Anillos de plata. Foto de Goran Vrakela
Los sujetos que un fotógrafo que trabaja en este campo debe iluminar difieren mucho más entre sí que las personas que posan para retratos. Cada objeto tiene sus requisitos.
Es esencial que el objeto sea iluminado realzando sus características (brillante o mate, anguloso o redondeado, suave o rugoso, claro u oscuro, de tono uniforme o variado, y opaco, traslúcido o transparente, etc.); también debe presentarse bien separado de lo que le rodea y del fondo.
La mayoría de los buenos fotógrafos de muestras utilizan una luz dominante, completada generalmente por una luz de fondo y por todas las luces necesarias para crear sombras y altas luces de interés. En muchas fotografías de este tipo en color, la iluminación principal está constituida por una luz posterior intensa en posición elevada. La luz frontal la proporcionan reflectores que recogen la luz dispersa que proviene de la fuente posterior. Así se consigue que el borde del objeto quede bien separado del fondo, a la vez que la iluminación frontal posee una escala de luminosidades adecuada para el color.
Para los objetos que requieren un fondo claro, suele resultar apropiado el uso de un iluminador o una mesa luminosa, debido a que no se forman sombras que interfieran con el contorno del producto.
Por otra parte, puede utilizarse un cristal o un plástico transparente lo bastante fuerte para soportar el objeto, colocados sobre un papel liso de fondo, que forme curva desde la pared hasta el suelo; esto permite iluminar desde arriba, desde abajo o desde ambos lados a la vez sin provocar sombras.
En esta imagen se ha utilizado una iluminación postero-lateral, un reflector opuesto a la luz principal y un fondo oscuro con el fin de conseguir relieve, separando el objeto del fondo, además de realzar los brillos y el contraste. Foto de JGM - prisma2.com
Precaución: El cristal no debe calentarse excesivamente con las lámparas de incandescencia, ya que puede romperse.
En la mayoría de los casos se consigue un fondo satisfactorio con una hoja de papel opaco sin uniones, curvada desde la pared a la superficie de la mesa.
Si el objeto es brillante, a veces interesa mostrar esta característica. Debe tenerse presente que los rayos son rebotados formando un mismo ángulo a incidir y al retornar. Coloque una pequeña bombilla encendida delante del objetivo y mueva el objeto hasta encontrar el brillo. Una vez que haya localizado éste "enfoque el brillo" en el punto de localización. Quite la bombilla situada frente a la cámara y observará que el brillo es visible desde la posición de la cámara y que por tanto, aparecerá en la fotografía.
Para destacar las texturas de las superficies, utilice una fuente luminosa pequeña y directa que las ilumine de forma rasante. Haga que la luz brille a través de la superficie casi paralelamente al plano de la misma. De esta manera cada prominencia formará su propia sombra y, si es brillante, también sus altas luces.
La iluminación con tienda es la más adecuada para las superficies pulidas, puesto que les confiere una luminosidad resplandeciente y uniforme sin que aparezcan detalles reflejados o sombras molestas.
Las joyas de metal pulido, la maquinaria y las vajillas de plata se resisten a veces a los sistema de iluminación comunes, pues producen numerosos pequeños reflejos. Para resolver este problema se utiliza la iluminación con tienda. Esta última puede consistir en un cono de plástico traslúcido o de papel de calcar colocado encima del sujeto; el objetivo de la cámara se sitúa en el extremo del cono. Este puede unirse también a una gran fuente luminosa difusa, situada encima del sujeto, de modo que las paredes de la tienda lo rodeen. En este caso, el objetivo "ve" a través de un orificio cortado especialmente para él. La luz brilla tanto por todos los lados como desde arriba; no se forman sombras y la luz es muy uniforme y plana.
Puesto que no hay nada que pueda ser reflejado (únicamente hay las paredes luminosas, lisas y brillantes de la tienda), los contornos del objeto y su superficie suave son claramente visibles. A veces el contraste es tan bajo que la fotografía carece de relieve. El fotógrafo puede introducir en la tienda unas tiras de papel gris, negro o de color, y colocarlas donde formen reflejos interesantes y de aspecto natural sobre el metal.
La reproducción de imágenes planas o de documentos requiere otro tipo de iluminación uniforme. Cada centímetro de la superficie debe recibir exactamente la misma cantidad de luz, y no ha de haber ningún reflejo en la superficie, ya que al brillar en el objetivo borraría en la fotografía una parte del material reproducido. La iluminación clásica para reproducción consiste en dos o cuatro focos colocados a igual distancia del área iluminada y en un ángulo de 10º a 45° en relación a la superficie que se copia. La regularidad de la iluminación debe controlarse con un fotómetro, ya que los cambios de luz graduales difícilmente resultan visibles para el fotógrafo durante la realización del trabajo, aunque son evidentes en la fotografía definitiva.
VI Concurso CNIE La edad no nos define. La mirada, sí
La Fundación General de la Universidad de Salamanca, a través del CENIE, convoca la VI edición del Concurso de Fotografía en el marco del proyecto Nuevas Sociedades Longevas. Esta convocatoria apuesta por una visión renovada de la longevidad...
Fecha límite de presentación: Hasta el 30-11-2025.
Cuota de inscripción: Gratuita.
Temática del concurso. La edad no nos define. La mirada, sí. Categorías: Retratos con alma, Instantes sin edad.
Premios
Las imágenes premiadas invitan a los espectadores a mirar más allá del ciclo informativo y a conectar con historias, tanto destacadas como olvidadas, de todo el mundo. Revelan lucha y resistencia, pero también calidez humana y valentía...
Arnold Newman: "Puedo mostrar una parte fundamental del alma".
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Aunque realizaba todo tipo de fotografías, fueron los retratos los que le concedieron mayor relevancia. Una característica de sus retratos es el empleo de elementos u objetos que se relacionan con los intereses o la profesión del personaje fotografiado. "No soy capaz de retratar el alma, pero puedo enseñar una parte fundamental de ella", decía Newman.
Tanto el atardecer como el amanecer son momentos de magia; momentos preferidos por los fotógrafos que quieren captarla.
Los atardeceres nos muestran colores más intensos y cielos más luminosos; en cambio, los tonos de los amaneceres son más suaves, sutiles; y los cielos, más oscuros y misteriosos.