Los sujetos paisajísticos son seleccionados fundamentalmente por tres factores: 1, son asequibles; 2, el fotógrafo los prefiere; y 3, responden a un estilo.
En la mayoría de las zonas donde vive y trabaja el fotógrafo suele haber sujetos paisajísticos, entre los cuales es natural que elija los fácilmente disponibles.
El fotógrafo puede llegar a apreciar estos sujetos que conoce, los cuales le permiten desarrollar un estilo y una forma de ver las cosas debido a sus experiencias constantes.
Por otra parte, el estilo y las preferencias del fotógrafo pueden llevarle a un tipo de zonas alejadas de su domicilio. Podrá combinar el trabajo con el placer efectuando viajes de negocios a la zona preferida o realizando sus vacaciones en la región seleccionada por el interés fotográfico.
Asimismo, puede resultar práctico trabajar más bien cerca de casa. La repetición de visitas a un lugar fotogénico en diferentes momentos del año y del día o cuando se producen condiciones de luz óptimas, puede aportar mejores fotografías.
Sin embargo, los lugares nuevos pueden actuar como un estímulo de la visión, y la influencia de distintos paisajes suele proporcionar buenas fotografías.
Con el tiempo, los tres factores que influyen en la elección de los paisajes se unen. Lo que prefiere el fotógrafo y lo que puede fotografiar, junto con su visión personal, conducen al desarrollo de un estilo. Luego, éste puede conducir al fotógrafo hacia otras zonas de características similares, aunque con distintos paisajes.
Seguidamente se indican algunos de los principales sujetos que los fotógrafos han seleccionado con sus tomas en el transcurso de los años, para la fotografía de paisajes:
Las gargantas profundas, parcialmente envueltas en la neblina, parecen no tener final. Los árboles oscuros en primer plano aumentan la sensación de profundidad.
Básicamente, la composición es la disposición de los elementos del sujeto para que puedan comunicar la esencia del paisaje, tal como la percibe el fotógrafo, a los espectadores de la imagen final. En los paisajes, el sujeto no puede ser desplazado y dispuesto como en un estudio; por tanto, hay que componer la foto mediante selección. El fotógrafo selecciona la escena, la posición de la cámara, el campo de visión, la orientación de la cámara y la importancia de los elementos visuales.
Tanto si utiliza un marco de observación como un cristal esmerilado, el fotógrafo Intenta plasmar todos los elementos visuales que establecen la esencia de la escena y realza los más importantes. La importancia se pone de manifiesto mediante características de tonalidad, contraste, color, tamaño y situación. Los elementos que no contribuyen al mensaje visual son eliminados, si es posible, procurando no captarlos con la cámara y subordinando los que no puedan evitarse. El fotógrafo puede captar el paisaje tal como es, pero a veces añade un elemento simple, como una figura, para completar la composición. También puede incluir un objeto, como una rama, en primer término para proporcionar encuadre o para aumentar el efecto de profundidad.
Además, el elemento que se añade puede tapar un detalle molesto o poco apropiado, como un automóvil. Pero debe evitarse que este elemento se transforme en dominante, ya que podría constituir el sujeto, convirtiendo el paisaje en un simple fondo.
En la fotografía bidimensional el efecto de profundidad se logra mediante puntos de referencia relacionados con la perspectiva.
El efecto de profundidad es tan importante para el éxito de casi todas las fotografías de paisajes, que se incluye aquí un resumen de las diferentes clases de perspectiva, junto con algunos sistemas prácticos para reproducir estos elementos de profundidad.
El punto de fuga creado por la convergencia de las vías del tren y el sol poniente coincidiendo con éste, crean una imagen con perspectiva geométrica de una gran profundidad.
La perspectiva geométrica es el dibujo de una fotografía por el objetivo de la cámara. Los principios geométricos permiten explicar el modo como el objetivo traduce en imágenes el tamaño y la situación de los objetos. Esta depende únicamente de la posición de la cámara, mientras que el tamaño de los diferentes sujetos está determinado por la distancia focal del objetivo.
En fotografía, la perspectiva lineal es la parte de la perspectiva geométrica que trata de las rectas que van de los objetos al objetivo y que representan rayos de luz. En conjunto, estas rectas muestran la formación de imágenes de los objetos en la cámara.
Muchos sujetos tienen líneas paralelas, que suelen representar límites de los planos que forman sólidos. En las imágenes, las prolongaciones de esas líneas se cortan en los denominados puntos de fuga. Las posiciones de estos puntos contribuyen a mostrar la variación de la profundidad y el ángulo que forman los planos con la línea de visión de la cámara. Es la perspectiva del punto de fuga.
Aunque normalmente el suelo es plano, en una fotografía se eleva hacia el horizonte. La situación de los objetos sobre el plano del suelo proporciona una buena indicación de sus distancias relativas. Se trata de la perspectiva del plano del suelo.
Cuanto más alejados están los objetos de la posición de la cámara, más pequeños aparecen en la imagen, de acuerdo con reglas geométricas ópticas. Es lo que se denomina perspectiva de tamaño decreciente.
Los objetos más alejados de la posición de la cámara pueden quedar tapados parcialmente por objetos más cercanos situados en líneas de visión similares. Este efecto se conoce como obstrucción de la visual.
Cuando la iluminación proporciona un buen modelado del sujeto mediante altas luces y sombras, la forma de éste resulta destacada, aumentando así el efecto tridimensional.
Si los objetos proyectan sombras en el suelo, aparecen más sólidos, y las imágenes de esas sombras se elevan junto con el plano del suelo, con lo cual las distancias relativas son más claras. Esto recibe el nombre de perspectiva de sombra.
La bruma existente al atardecer y la gradación de la tonalidad de cada cadena montañosa, que se aclara con la distancia, proporciona a la imagen una perspectiva de lejanía.
Los objetos distantes son percibidos a través de masas de aire. Cuando en éste existe humedad, humo o polvo, el aspecto de aquellos objetos se modifica. La tonalidad general aparece más clara, el contraste local disminuye, la saturación del color queda reducida y la nitidez de la imagen disminuye. El grado de estos efectos aumenta con el alejamiento, por lo que constituyen buenas referencias visuales de las distancias relativas.
Casi todas las fotografías de paisajes contienen sujetos muy alejados. Los efectos de neblina que proporciona la perspectiva aérea son muy útiles cuando esos objetos forman básicamente el fondo; por su parte, los efectos de neblina pueden ser realzados para conseguir perspectiva aérea.
La determinación del punto de vista necesario para cada toma es una de las actividades que normalmente lleva más tiempo al paisajista. Con la ayuda de puntos de vista aérea estáticos, como los que se consiguen desde un helicóptero las posibilidades aumentan de manera notable.
Además de la perspectiva aérea, para el éxito de la fotografía de paisajes hay que tener en cuenta los otros elementos de profundidad. La perspectiva de luces y sombras es controlada principalmente mediante la elección del tipo y la orientación de la iluminación. Los sujetos que están suavemente iluminados por cielos cubiertos o que reciben luz frontal poseen poca perspectiva de esta clase. En cambio, los sujetos iluminados a 45° muestran bastante forma, y sus sombras en el suelo marcan las distancias entre los objetos cercanos y alejados, a medida que se elevan. Con iluminación lateral, el efecto de perspectiva de estos dos factores aumenta.
El contraluz destaca varias características del paisaje al aumentar la separación entre objetos cercanos y alejados. Cuando un objeto cercano obstruye parte de otro distante, cuando existen planos que retroceden y cuando el tamaño de los objetos disminuye formando un elemento de profundidad, el contraluz realza el efecto.
Aunque la perspectiva lineal y los puntos de fuga son mucho más fáciles de mostrar con las rectas y planos paralelos de sujetos arquitectónicos, los paisajes con objetos de formas irregulares siguen los mismos principios. Las vallas o las carreteras ilustran a menudo este tipo de perspectiva, y las hileras de árboles, así como diversos objetos que se elevan sobre el plano del suelo, dan todas las referencias que necesita el ojo para interpretar la tercera dimensión.
El principio de la perspectiva geométrica puede demostrarse tomando tres fotografías del mismo sujeto con tres objetivos de distancias focales diferentes. Para ello basta desplazar la cámara después de cada toma para que una misma área quede cubierta como primer plano en cada fotografía.
En la fotografía tomada con el objetivo de distancia focal más corta (gran angular), los objetos del fondo aparecerán mucho más pequeños que en las otras dos. En la fotografía realizada con teleobjetivo, los objetos del fondo serán los más grandes. Si existen varios planos, la fotografía con gran angular mostrará una separación notable entre los más cercanos, mientras que los planos distantes aparecerán comprimidos. En la fotografía tomada con teleobjetivo, los planos estarán espaciados más uniformemente a lo largo de toda la distancia, aunque su separación aparecerá reducida. La foto efectuada con objetivo normal mostrará un efecto intermedio.
Si existe una hilera de árboles que forma ángulo con el eje del objetivo, las líneas de fuga quedarán trazadas por la posición media de las cimas y bases de los árboles, lo cual demuestra que esta perspectiva es válida incluso cuando no existen rectas que pongan de manifiesto la posición de los puntos de fuga.
Las zonas oscuras en los primeros planos aumentan la sensación de profundidad. Por ejemplo, si resultan adecuadas estéticamente, pueden encuadrarse unas ramas casi negras. Si se oscurece la parte del plano del suelo más cercana, seleccionando el lugar en el que haya una sombra natural u oscureciendo durante la edición, se aumentará también el efecto de profundidad.
XXXV Memorial Maria Luisa Photo and Video Contest
El Memorial María Luisa es un concurso anual internacional de fotografía y vídeo de montaña, naturaleza y aventura.
Fecha límite de presentación: Hasta el 01/12/2024.
Cuota de inscripción: 22 € para fotógrafos adultos. Puedes enviar una foto gratis. Gratuito para fotógrafos jóvenes.
Temática del concurso: Montaña, naturaleza y aventura. Hay 15 categorías.
Premios:
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