Muchas fotografías muestran las características naturales de los elementos geológicos, de las plantas y de los animales que componen el conjunto de la Tierra y sus habitantes. Estas fotografías pueden tener un propósito artístico, además de mostrar aspectos específicos de la Naturaleza. Pero su función primordial consiste en presentar lo esencial del entorno natural de la flora y de la fauna que viven en la atmósfera, las aguas y la tierra firme. Algunos sujetos, como los microorganismos, requieren un equipo que ha de utilizarse en laboratorio; pero de la mayoría de los sujetos sólo se consiguen resultados idóneos cuando se fotografían en su hábitat natural.
En la fotografía de la Naturaleza se incluyen desde microorganismos que miden una fracción de milímetro hasta ballenas de 50 toneladas, y desde minerales inanimados a ciertos animales que se desplazan a tal velocidad que se requiere un equipo muy complejo para fotografiarlos adecuadamente. No obstante, la mayoría de los sujetos presentan características intermedias, y cualquier fotógrafo competente puede conseguir imágenes de numerosos temas naturales, aunque no cuente con equipo especializado.
Observando con atención el medio que nos rodea es fácil encontrar multitud de temas fotográficos. En especial hay que aprender a observar las cosas pequeñas. Al principio, muchas personas suelen buscar especímenes grandes (halcones, ciervos, alces) y si no los encuentran inmediatamente, sufren un gran desengaño. El fotógrafo experto en temas de la Naturaleza busca con más detenimiento y puede encontrar musarañas, ranas, serpientes, insectos de todas clases, flores y hongos; las posibilidades son para él ilimitadas.
Los temas o sujetos que es posible fotografiar dependen en gran medida del equipo de que se disponga. Las aves y los mamíferos de tamaño medio (así como reptiles, tortugas, etc.) pueden fotografiarse con cámaras corrientes, aunque aplicando técnicas especiales.
El objetivo normal de 50 mm es el menos utilizado, a pesar de que casi todas las cámaras réflex están equipadas con él. Este objetivo es útil para paisajes, porque resulta luminoso. No obstante, normalmente se recurre a un gran angular o a un teleobjetivo.
Entre las limitaciones de los teleobjetivos de gran distancia focal destacan la escasa luminosidad (que puede constituir un gran inconveniente en los sujetos en movimiento o en sombra) y la imposibilidad de enfocar a distancias lo bastante cortas ciertos sujetos.
Para utilizar un teleobjetivo largo se requiere un trípode firme e incluso, cuando hay vientos fuertes, un gran peso colgado para evitar las vibraciones.
Dada la variedad de las situaciones que surgen en la Naturaleza y su cambio constante es aconsejable llevar algunos accesorios. Así, una pequeña unidad de flash electrónico permitirá tomar fotografías que, de otra forma, resultarían inalcanzables. Otros accesorios útiles son un cable de sincronización de aproximadamente 1 m de longitud, tapas delanteras y traseras para cada objetivo y un estuche para una segunda cámara, si lleva dos. Asimismo es conveniente poseer otra serie de elementos, como bolsas de plástico para proteger el equipo en caso de lluvia, unos alicates pequeños y un soporte de pinza para la cámara, que permitirá utilizar como trípode un árbol, una valla u otro objeto similar.
Si se dispone de disparador de cable, con 10 ó 12 m de tubo de vinilo, pueden intentarse fotografías sencillas de nidos a distancia. También puede colocarse un cebo para ardillas o marmotas y montar la cámara apuntando al cebo; así, cuando el animal está cerca se dispara desde cierta distancia sin asustarlo. En el caso de las flores y otros objetos pequeños suele ser interesante proyectar una luz reflejada sobre el lado en sombra, lo cual es fácil de conseguir mediante un reflector con una hoja de papel de aluminio en un lado y una cartulina blanca en el otro. Otra posibilidad consiste en emplear un trozo de tela aluminizada, plateada o dorada.
El fotógrafo de la Naturaleza tiene que enfrentarse con problemas que ninguna otra especialidad plantea Uno de ellos es el transporte del equipo en desplazamientos largos por el campo.
Las mochilas son aconsejables en caso de desplazamientos largos que exijan mucho equipo, pero deberán estar bien compartimentadas para tener un acceso cómodo y rápido a cámaras, objetivos y accesorios.
A veces resulta difícil mantener el equipo seco y en buenas condiciones; por ejemplo, cuando el fotógrafo es sorprendido por la lluvia o por una tormenta de arena; la solución consiste en prever estas eventualidades. Hay que disponer de bolsas de plástico grandes, que sujetas con gomas elásticas protegen contra el agua y el polvo. Para quitar la suciedad de los objetivos y de los lugares de acceso difícil se recomienda el empleo de una pera de goma de las que se usan para la limpieza de oídos. Para los objetivos y los filtros conviene disponer de un paquete de papel especial, que debe llevarse en una bolsa de plástico para mantenerlo seco.
Para fotografiar al acecho cualquier especie animal es necesario conocer a fondo su comportamiento y la zona que frecuenta. Con estos conocimientos y un equipo adecuado a cada tipo de especie se puede afrontar con éxito la fotografía.
Las salidas de excursión fotográfica no tienen por qué ser un trabajo difícil. No debe intentarse prever todas las situaciones que puedan presentarse, sino llevarse el equipo necesario para resolver los problemas lógicos y conseguir las fotografías que a uno le gusten (también puede añadirse un teleobjetivo, por si acaso). Si se trata de fotografiar flores o insectos, conviene llevar una cámara con un objetivo macro, o bien un objetivo normal con tubos de extensión o fuelle y algún objetivo suplementario. También es aconsejable disponer de una pantalla reflectora y de una unidad de flash electrónico pequeña, así como de 1 m2 de paño azul claro o verde oscuro, que puede servir de fondo, convenientemente desenfocado, en caso de que el fondo natural no guste. Puede resultar útil un trozo de tela gruesa o de gomaespuma para arrodillarse, y un trípode, aunque éste a veces es incómodo de transportar. Para las aves y mamíferos se necesitan teleobjetivos y cebos; estos últimos para atraer a los animaes que se desea fotografiar. Para serpientes y anfibios se requieren una horquilla especial y una red de caza. Para muestras de minerales son muy útiles una piqueta de geólogo y unas bolsas.
Una vez en el campo, con el equipo adecuado, hay que acercarse lo suficiente a los animales para conseguir buenas imágenes que llenen el encuadre. Los teleobjetivos ayudan mucho, cualquiera que sea el tamaño del animal, pero hay que esperar éste un cierto tiempo. La clave del éxito consiste en moverse con lentitud para evitar que la "presa" se asuste. En el 99 % de los casos, el animal ve al fotógrafo antes de que éste le descubra; pero si aquél estima que el fotógrafo no es peligroso, quizá permanezca donde está. Hay que evitar los movimientos bruscos y deben llevarse ropas oscuras de colores neutros. Los trajes de camuflaje que utilizan los cazadores de patos parecen dar buenos resultados. Las técnicas de acecho son las mismas para todos los animales salvajes, pero la distancia máxima a la que hay que situarse depende el tamaño de la presa y de la distancia focal del objetivo.
En el caso de los mamíferos, la dirección del viento es fundamental y hay que conformarse con la luz disponible Hay que acercarse manteniéndose detrás de los arbustos o los árboles y, a ser posible, en la sombra Conviene aproximarse siguiendo una trayectoria angular y no directamente hacia la posición del animal. Poco a poco el fotógrafo se irá acercando al animal de lado, deteniéndose y agachándose al menor signo de alarma. Interesa practicar el acecho siempre que haya oportunidad; cuantas más veces se ensaye, mejor saldrá. Lo más importante consiste en no hacer movimientos bruscos; con la práctica se aprende el mejor sistema para acechar las diversas especies animales.
Con la ayuda de un escondite y el control remoto, puede observarse la escena desde una distancia de 10 ó 12 m y disparar el obturador en el momento oportuno.
Si no es posible acercarse lo suficiente con la cámara al animal, suele poderse aproximar ésta y dispararla mediante algún sistema de control remoto Con esta técnica, una vez que se ha fijado la cámara no hay manera de modificar la posición ni los ajustes en consecuencia, conviene reservarla para anímales que tengan un lugar habitual de reposo, que sean fáciles de atraer con cebos o con comida o que pasen con frecuencia por un lugar concreto. Una vez colocada la cámara, sólo hay que esperar, observar y realizar la exposición cuando el animal se encuentre en el lugar y en la posición adecuados.
Siempre que se recurre a escondites o al control remoto, conviene utilizar un teleobjetivo para no acercar demasiado el escondite o la cámara al animal pues esto podría, por ejemplo, impulsar las aves a abandonar el nido, cosa que hay que evitar.
Con un carrete de hilo negro, unas cuantas gomas elásticas, unos clips de oficina y listones de madera puede construirse un sistema elemental de control a distancia. Estos elementos se fijan a la cámara de manera que pueda apretarse el disparador tirando del hilo. Así, el fotógrafo queda libre para dedicarse a otras tareas y sólo tiene que tirar del hilo cuando le parece que el encuadre incluye algo interesante. Este sistema puede perfeccionarse colocando el hilo atravesado por donde tiene que pasar el animal o fijándolo a un cebo para que el propio animal dispare la cámara. Si se dispone de flash, se puede aplicar este sistema de manera permanente y obtener fotografías de muchos animales, como ciervos, osos, mapaches, zorros, buitres, coyotes y castores. Antes de dejar la cámara en su emplazamiento, hay que cubrirla con una bolsa de plástico, practicar en ésta una abertura para el objetivo y fijarla con cinta adhesiva para que no se mueva.
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Plazo de presentación: Hasta el 15-06-2023.
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Nachtwey se ha dedicado a documentar guerras, conflictos y problemas sociales. Ha realizado muchos reportajes en El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Líbano, Cisjordania, Gaza, Israel, Indonesia, Tailandia, India, Sri Lanka, Afganistán, Filipinas, Corea del Sur, Somalia, Sudán, Ruanda...
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