Elliott Erwitt nació en París el 26 de julio de 1928.
Hijo de emigrantes judíos de Rusia, pasó su niñez en Italia y Francia, pero la Segunda Guerra Mundial obligó a su familia a emigrar a los Estados Unidos donde trabajó para los más importantes medios de prensa.
Su calidad artística y su gran impacto comunicacional lo han situado en un lugar de privilegio entre los fotógrafos del siglo XX.
Elliott Erwitt comenzó tomando fotografías a finales de los años 40. Sus inicios fueron en un estudio fotográfico en Hollywood y más tarde como fotógrafo para diversas publicaciones. En uno de sus viajes conoció a Robert Capa, Edward Steichen y Roy Stryker, quienes se convertirían en sus destacados mentores.
En 1953 fue invitado a formar parte en la prestigiosa agencia Magnum Photos por Robert Capa, uno de sus fundadores, convirtiéndose, quince años más tarde, en el presidente de la misma.
En la década de los años 60, comenzó a realizar documentales, programas de televisión y libros. Erwitt es autor de 18 monografías.
Su cámara ha fotografiado a muchos de los protagonistas de la historia contemporánea, tales como John Kennedy, Richard Nixon, Ernesto Che Guevara, Nikita Jrushchov, Marilyn Monroe y Jacqueline Kennedy, entre otros.
VI Concurso CNIE La edad no nos define. La mirada, sí
La Fundación General de la Universidad de Salamanca, a través del CENIE, convoca la VI edición del Concurso de Fotografía en el marco del proyecto Nuevas Sociedades Longevas. Esta convocatoria apuesta por una visión renovada de la longevidad...
Fecha límite de presentación: Hasta el 30-11-2025.
Cuota de inscripción: Gratuita.
Temática del concurso. La edad no nos define. La mirada, sí. Categorías: Retratos con alma, Instantes sin edad.
Premios
Las imágenes premiadas invitan a los espectadores a mirar más allá del ciclo informativo y a conectar con historias, tanto destacadas como olvidadas, de todo el mundo. Revelan lucha y resistencia, pero también calidez humana y valentía...
Arnold Newman: "Puedo mostrar una parte fundamental del alma".
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Aunque realizaba todo tipo de fotografías, fueron los retratos los que le concedieron mayor relevancia. Una característica de sus retratos es el empleo de elementos u objetos que se relacionan con los intereses o la profesión del personaje fotografiado. "No soy capaz de retratar el alma, pero puedo enseñar una parte fundamental de ella", decía Newman.
Tanto el atardecer como el amanecer son momentos de magia; momentos preferidos por los fotógrafos que quieren captarla.
Los atardeceres nos muestran colores más intensos y cielos más luminosos; en cambio, los tonos de los amaneceres son más suaves, sutiles; y los cielos, más oscuros y misteriosos.