
Retrato fotográfico tomado en 1932 en Londres
Alfred Eisenstadt nació en Dirschau, Prusia Occidental —actualmente Tczew, Polonia—, el 6 de diciembre de 1898. Murió en Long Island, Nueva York, en 1995.
Comenzó a tomar fotografías a la edad de 14 años cuando le regalaron su primera cámara, una Eastman Kodak Folding Camera con rollo de película. En 1927, Eisenstaedt vendió su primera fotografía y comenzó su carrera independiente para Pacific and Atlantic Photos Agency en Berlín. Usando un equipo engorroso, con trípodes y negativos en placas de vidrio, Eisenstaedt produjo muchas fotos por encargo de músicos, escritores y la realeza. En 1935, Eisenstaedt había adquirido una cámara Rolleiflex y emigró a Estados Unidos. Un año más tarde se convirtió en uno de los fotógrafos de noticias más originales de la Revista Life.
A diferencia de la mayoría de los fotógrafos de noticias en ese momento que dependían de cámaras de prensa de 4"×5" mucho más grandes y menos portátiles, especialmente por los accesorios de flash, Eisenstaedt prefería la Leica portátil más pequeña, que le brindaba mayor velocidad y flexibilidad al fotografiar eventos de actualidad o capturar instantáneas de personas en acción. Su objetivo, dijo una vez, era “encontrar y capturar el momento narrativo”. Sus fotos también fueron notables como resultado del uso de la luz natural en lugar de depender de la iluminación con flash.
Entre sus fotografías de portada más famosas se encuentran:
VI Concurso CNIE La edad no nos define. La mirada, sí
La Fundación General de la Universidad de Salamanca, a través del CENIE, convoca la VI edición del Concurso de Fotografía en el marco del proyecto Nuevas Sociedades Longevas. Esta convocatoria apuesta por una visión renovada de la longevidad...
Fecha límite de presentación: Hasta el 30-11-2025.
Cuota de inscripción: Gratuita.
Temática del concurso. La edad no nos define. La mirada, sí. Categorías: Retratos con alma, Instantes sin edad.
Premios
Las imágenes premiadas invitan a los espectadores a mirar más allá del ciclo informativo y a conectar con historias, tanto destacadas como olvidadas, de todo el mundo. Revelan lucha y resistencia, pero también calidez humana y valentía...
Arnold Newman: "Puedo mostrar una parte fundamental del alma".
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Aunque realizaba todo tipo de fotografías, fueron los retratos los que le concedieron mayor relevancia. Una característica de sus retratos es el empleo de elementos u objetos que se relacionan con los intereses o la profesión del personaje fotografiado. "No soy capaz de retratar el alma, pero puedo enseñar una parte fundamental de ella", decía Newman.
Tanto el atardecer como el amanecer son momentos de magia; momentos preferidos por los fotógrafos que quieren captarla.
Los atardeceres nos muestran colores más intensos y cielos más luminosos; en cambio, los tonos de los amaneceres son más suaves, sutiles; y los cielos, más oscuros y misteriosos.