Suzanne Saroff
Al crecer en Missoula, Montana, Suzanne Saroff se sintió cautivada por los extraños y hermosos detalles a su alrededor. Ya sea jugando en los exuberantes parques naturales de la ciudad o de compras en el supermercado local con su madre, se detenía y analizaba las ilusiones visuales cotidianas con las que se encontraba regularmente.
Esta obsesión infantil la siguió hasta la edad adulta: hace solo unos meses, la ahora directora de arte y fotógrafa de 25 años recordó su antigua fascinación. Al entrar en su cocina en Brooklyn, Nueva York, notó una naranja sentada detrás de un vaso de agua. Moviéndose hacia él, la naranja distorsionada pareció bailar, creando una ilusión óptica que despertó y agitó algo dentro de ella. Días después, Saroff decidió explorar la idea fotográficamente, y rápidamente se convirtió en una serie llamada Perspectiva que desde entonces ha cautivado al público.
Fotografía de Suzanne Saroff
En sus fotografías, objetos naturales como plantas, frutas y verduras están dispuestos detrás de vasos de agua clara y jarrones de todas las formas y tamaños, con un fondo neutro. De esta manera, los objetos aparecen multiplicados, estirados y volteados mientras bailan dentro de las paredes de los lentes superpuestos. "En muchas de mis imágenes pretendo crear un vals compositivo entre los sujetos y sus propias sombras", explica.
Fotografía de Suzanne Saroff
Este cambio y flexión le da una nueva dimensión a sus imágenes de naturaleza muerta, una que recuerda a la fotografía surrealista de Salvador Dalí o la serie Irving Penn's Flower . La artista dice que otros han comparado sus fotos con el cubismo debido a su abstracción de formas geométricas, que están destinadas a representar la realidad. "A menudo me sentiré atraída por algo que veo o inspirado por algo en un recuerdo, y tengo ganas de disparar", dice ella. "El color es muy importante para mí al elegir los objetos para disparar. Me encantan los colores ricos y brillantes, y me gusta jugar con su aspecto en varios tonos de paletas de fondo neutro".
Fotografía de Suzanne Saroff
Jugando con la perspectiva, el fotógrafo ve la lente como una herramienta para resaltar los matices de un objeto. Además, su proceso es continuo, inmediato y reactivo: se mantiene abierta a sus muchos impulsos creativos, ya que recientemente instaló un área de estudio en su departamento para poder disparar cada vez que se sienta dispuesta a hacerlo. "Me gusta saber que puedo disparar en cualquier momento que me inspire", dice el artista, que espera exhibir estas imágenes a través de una exposición o un álbum de fotos algún día.
Fotografía de Suzanne Saroff
Fotografía de Suzanne Saroff
Fotografía de Suzanne Saroff
Fotografía de Suzanne Saroff
Fuente: weekly AnOther newsletter
VI Concurso CNIE La edad no nos define. La mirada, sí
La Fundación General de la Universidad de Salamanca, a través del CENIE, convoca la VI edición del Concurso de Fotografía en el marco del proyecto Nuevas Sociedades Longevas. Esta convocatoria apuesta por una visión renovada de la longevidad...
Fecha límite de presentación: Hasta el 30-11-2025.
Cuota de inscripción: Gratuita.
Temática del concurso. La edad no nos define. La mirada, sí. Categorías: Retratos con alma, Instantes sin edad.
Premios
Las imágenes premiadas invitan a los espectadores a mirar más allá del ciclo informativo y a conectar con historias, tanto destacadas como olvidadas, de todo el mundo. Revelan lucha y resistencia, pero también calidez humana y valentía...
Arnold Newman: "Puedo mostrar una parte fundamental del alma".
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Aunque realizaba todo tipo de fotografías, fueron los retratos los que le concedieron mayor relevancia. Una característica de sus retratos es el empleo de elementos u objetos que se relacionan con los intereses o la profesión del personaje fotografiado. "No soy capaz de retratar el alma, pero puedo enseñar una parte fundamental de ella", decía Newman.
Tanto el atardecer como el amanecer son momentos de magia; momentos preferidos por los fotógrafos que quieren captarla.
Los atardeceres nos muestran colores más intensos y cielos más luminosos; en cambio, los tonos de los amaneceres son más suaves, sutiles; y los cielos, más oscuros y misteriosos.